Canasto y rebozo

martes, 22 de septiembre de 2009


La oscuridad tenebrosa me raspa la garganta,
Hace nudos por nidos y blasfema, y grita,
Escupo sangre al ver a la dama que aguanta,
Aguanta mil canastos de mimbre y un millón de rayos,
Carga por las calles su esperanza y trabajo,
Y mi garganta se raspa con esta oscuridad soleada,
Con el paso de la dama y sus prendas almidonadas,
No es por la sociedad apagada,
Ni por los ombligos y el cordón,
Es por la tristeza de aquella dama
Que hace un nido con su dolor.

Un domingo le abrí la verja,
Mil sonrisas esbozo,
Y a mis huesos su cansío roo.

La vieron en las lejanías con su canasto de mimbre
Bajo la lluvia de otoño y septiembre,
Yo la recuerdo en la oscuridad de siempre,
Con los nudos de mi garganta y su dolor inminente.
Con mis manos inútiles y su paso estridente,
Y la vuelvo a ver hoy, ya no sola, aun peor,
Con sus damiselas a un lado, cargando también su dolor.

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