La obra estaba incompleta, convengo en ello; hemos demolido el antiguo régimen en los hechos: no hemos podido suprimirlo completamente en las ideas. No basta destruir los abusos; es menester modificar las costumbres. El molino ya no existe, pero el viento que lo movía aun continúa soplando.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas; y así, siempre me causa más contento poner riquezas en mi pensamiento que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida, es despojo civil de las edades, ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades, consumir vanidades de la vida que consumir la vida en vanidades.