Detesto las noches de angustia y lastimera espera, aborrezco la idea de verme lejos de tus brazos vivo en el estremecimiento de mi cuerpo al suspirarte.
Puedo sentir espirales desordenados de locura,
al ver a lo lejos el ruido en ese ritmo que te embarga,
estruendo de un cómplice que soy yo..
Dadme arpegios de libertad como alas de gorrión…
Los pasos resonantes en mi cabeza empiezan a distraer la costumbre adquirida del vuelo de mis ideas, todo está aterrizado en un mapa viejo de olor a café.
Todos deben de eliminar el nos en las despedidas y los saludos, no será fácil la estructura de una nueva nieve en mi frío invierno.
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